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Re: problemas de comportamiento

Publicado: Vie Ene 04, 2013 11:14 am
por Erizo
Hola Chriss:
Yo vivo en Burgos.
Voy a seguir trabajando con el otro adiestrador canino de momento.Es que esta otra persona....esta educadora... yo creo que no tiene ni mucho trabajo ni mucha experiencia.
A mí, como a tí, me parece que lo que hace el perro es cazar.Lo que no se es porqué lo hace.
En casa tengo una ventana que llega hasta el suelo y le encanta estar ahí mirando y ladrando a todo lo que pasa.
Como el ve que al final se van los que pasan- perros, personas- cree que se van porque el les hace irse con sus ladridos.
Yo esto lo he leído en un libro y me parece muy lógico.
Lo de las bicis me parece algo de lo mismo, pasan y el perro corre dretras y se acaban yendo.
por el medio de sucederle esto al perro nació mi hijo, que ahora tiene dos años y medio y además nos hemos mudado, me he separado, muchos cambios para el perro....
Yo supongo que e´l algo habrá acusado, la vida si me cambió a mí, también a él.
Bueno, muchas gracias, ya os contaré.

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Vie Ene 04, 2013 11:16 am
por Erizo
Ah, bueno, si conoceis a alguien por aqui de confianaza pues, me gustraria saberlo
gracias

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Vie Ene 04, 2013 12:21 pm
por Enrique Solís
Aunque estés en Burgos, en la parte de la modificación de conducta si te podemos ayudar desde aquí, si nos llamas al 646444555 te asesoraremos y te explicaremos las posibilidades, pero aunque la educadora que dices no te haya dado confianza por su experiencia, te aconsejo que sigas buscando, no comentas la equivocación de trabajar con métodos de castigo como con el collar de púas/pinchos/mordiscos, sobre todo para un caso como el tuyo, porque como lo hagas y profundices mucho el problema, ya va a ser muy difícil reconducir la situación cuando te des cuenta de que te has equivocado.

Un saludo y mucha suerte.

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Vie Ene 04, 2013 12:25 pm
por Erizo
Ok, eso del collar era precisamente lo que yo no tenía claro, no me acababa de convencer.
No sabía si realmente el collar era un método de castigo.Esto le puede empeorar>?Uf
Pues la semana que viene llamaré a este teléfono.O esta tarde si tengo un rato.
Muchas gracias

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Vie Ene 04, 2013 9:32 pm
por Patricia
Hola!
Entiendo tu desesperacion, sobre todo si hay un niño por en medio y si, ademas, estais atravesando una situacion personal complicada. No soy ninguna experta, soy psicologa y me gusta estudiar estos temas pero no soy educadora canina. Lo que si te puedo decir es que el adiestramiento en positivo es mucho mas beneficioso para el perro, para vuestro vinculo con el y para la relacion del perro con su entorno.Al utilizar el castigo podemos hacer que incremente el estres del perro o que este este mas irritable. Ademas, es posible que el perro nos relacione con cosas negativas o que le hacen daño, deteriorando la relacion. Asi mismo, puede que el perro relacione el dolor producido por este tipo de collares con los elementos que intervienen en la situacion. Es decir, si aparece una bici y el perro tira y siento dolor por el uso de estos collas, el perro puede asociar la presencia de bicis con dolor, empeorando todavia mas el problema.
En definitiva, te aconsejo que hables con Enrique cuanto antes. Es cierto que la experiencia que has tenido con esos educadores que comentas no ha sido buena pero Enrique te asesorara. Lo importante es encontrar buenos profesionales ya que no solo importa el enfoque que defiendan sino su experiencia en el analisis de estos casosa y en las tecnicas que se emplean en la intervencion.
Ante todo, MUCHO ANIMO, se nota que te preocupas por tu perro y eres una persona
responsable que analiza bien todas las posibilidades y eso no es poco!

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Sab Ene 19, 2013 10:04 pm
por CANDYEMI2
Hola.Qué tal te ha ido con tu perrito???te escribo porque he leido tu comentario y yo también soy de Burgos, aunque por trabajo llevo 18 años en Madrid.Chrissi ha trabajado con mi perro Rocky, de cachorro y ahora voy con ellos cuando puedo a paseos de aprendizaje y estoy encantada con el comportamiento de mi perrete y haber tenido la suerte de haber encontrado estos profesionales, ya que con mi anterior perro tuve muchos problemas de comportamiento y como fué hace mucho y en Burgos no tuve la suerte de haber cambiado su conducta que le producía mucho estrés.Espero que te puedan ayudar.un saludo

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Lun Ene 21, 2013 11:52 am
por Enrique Solís
os dejo un articulo muy interesante que habla sobre el tema y que nos han pedido que lo difundamos:

Un Gesto simple pero Importante

Emma Infante. Futur animal (www.futuranimal.org) Cursando máster Derecho animal y sociedad
Jose francisCo Capacés sala. Veterinario clínico

No cabe ninguna duda que el bienestar de los animales de compañía ha de ser la máxima prioridad para propietarios y profesionales veterinarios. El crecimiento imparable, tanto en cantidad como en calidad, de conocimientos multidisciplinares sobre los factores que intervienen en la salud de las mascotas nos obliga a mantenernos actualizados y a incorporar cambios en nuestra práctica. En esta ocasión vamos a ocuparnos de la incidencia de los collares, especialmente de cierto tipo de collares, en la integridad física, emocional y social de los perros. Aunque los veterinarios clínicos de pequeños animales suelen ser requeridos esencialmente para solucionar los problemas físicos, a nadie se le escapa que el dolor y el malestar de las lesiones intervienen en el carácter, percepción y respuesta al entorno de los pacientes. Una de las causas más frecuentes de eutanasia en los perros, es la agresividad. Es imprescindible, antes de tomar una decisión de tanta relevancia, detectar cuales son las causas de dicho comportamiento. Muchas veces el dolor cervical o dorsal genera respuestas esafortunadas.
En muchas ocasiones, ese dolor puede estar motivado por un más que desafortunado empleo de collares inapropiados como son los collares de pinchos, de ahogo o eléctricos. Paseando por calles y plazas de nuestras ciudades es frecuente toparnos con propietarios que pasean con perros, de cualquier raza y tamaño, sujetos con collares de pinchos. Pueden ser perros grandes y corpulentos, pero no solo ellos los sufren. Vemos a personas que por su envergadura o fuerza poco adecuada, son incapaces de controlar a perros jóvenes o de tamaño medio, que sujetos con collares inapropiados son paseados por sus propietarios, es conociendo el daño que están causando a su animal. Basta con ver la variedad de medidas que se ofertan de este tipo de collares para comprender que hay clientes que los usan con perros jóvenes o de muy pequeño tamaño. Su empleo es siempre erróneo aunque pocas veces el propietario sabe el daño que está infringiendo a su mascota. La explicación pedagógica en estos casos por parte del veterinario clínico es la base para el bienestar de ese animal. En ocasiones, su utilización tiene una mera y cuestionable función estética y/o simbólica. Otras veces se justifica como herramienta educativa. Algunos afirman que así el perro no tira, y esto no sólo no es cierto, sino que además el perro soporta algo que le hace infeliz. Hay perros con collares de pinchos que tiran haciendo caso omiso de un dolor que fisiológicamente sufren y no manifiestan, porque la ansiedad supera el efecto de las punzadas. En aquellos casos que los perros no tiran llevando este adminículo punitivo, lo que realmente está más afectado es la relación de confianza que tendría que existir entre propietario y mascota. Preguntémonos, ¿quién quiere estar al lado de alguien que te provoca dolor? Pero la cosa no queda ahí, si cada vez que un perro se interesa por algo, otro perro,
un olor o cualquier otro estímulo, y al adelantarse recibe de manera automática un pinchazo; en un lugar tan vulnerable como el cuello, aprenderá por condicionamiento simple que el entorno es hostil y la sana curiosidad es dolor. Cada perro es un mundo, los más sensibles que llevan collar de ahogo, de pinchos o eléctrico acaban renunciando a interesarse por lo que les rodea y para algún propietario inclemente tal actitud puede ser vivida como un triunfo. Un paseo en el que el perro no se aleja ni un centímetro del costado de su amo para algunos es un síntoma de dominio aunque lo que haya en realidad es temor y angustia. Otros perros, a causa del dolor generado por los collares nocivos se vuelven más reactivos y suelen recibir más tirones o descargas que agravan la conducta. No es infrecuente que se entre en una escalada de terribles consecuencias para el que a priori, con una buena educación de refuerzos positivos, habría podido ser un magnífico compañero. Un perro sano y equilibrado debe poder olfatear y explorar objetos, superficies, congéneres, humanos propios y extraños y reaccionar animada y educadamente ante los estímulos de un placentero y necesario paseo cotidiano. Una distancia prudencial del propietario y una satisfactoria compañía a veces se consigue espontáneamente mediante un buen vínculo, que en algún caso puede requerir de ejercicios educativos y de alternativas al castigo como el easy walk. El collar de pinchos se creó en el Medievo para proteger a los perros pastores de los ataques de los lobos. Obviamente entonces las estructuras punzantes apuntaban hacia afuera. No sabemos muy bien a quien se le ocurrió invertir el sentido de las púas. Creyeron que poniendo hacia el interior la collera punzante, los perros recibían el estímulo adverso suficiente para que su fuerza no superase la de su amo. No es infrecuente tratar lesiones externas producidas por el uso inadecuado de estos collares, escoriaciones debidas a los pinchos y depilaciones causadas por un exceso de presión, pero quizás sean más abundantes las lesiones musculoesqueléticas que una vez diagnosticadas no sabemos, o si, como se han podido Hay perros con collares de pincHos que tiran Haciendo caso omiso de un dolor que fisiológicamente sufren y no manifiestan, porque la ansiedad supera el efecto de las punzadas producir, siendo el uso de estos collares inadecuados una posible causa. El caso de Lobo, un perro utilizado para la vigilancia que salvo la vida de milagro al ser rescatado por la policía local y por un veterinario de los servicios del ayuntamiento en las cocheras de una empresa, no es infrecuente. En el informe constaba que el perro tenía “heridas sangrantes, al parecer por collar punzante de castigo” provocadas supuestamente por el uso prolongado de un instrumento en el centro de adiestramiento.En algunos foros se aduce que los collares con eslabones de punta ligeramente roma tienen un uso meramente instructivo y se limita su práctica a los profesionales. El estrés – por miedo, dolor o confusión- está demostrado que reduce la capacidad de aprendizaje así que su uso compromete su función educativa. La falta de una regulación oficial de los profesionales del adiestramiento canino permite el ejercicio de personas poco capacitadas, que con la recomendación de ciertas técnicas punitivas y ciertos collares agresivos logran cambios rápidos, pero momentáneos, de comportamiento, a costa de hacer sufrir al animal y de las secuelas que estamos comentando. La realidad es que en nuestro país no hay legislación que limite el uso puntual o continuado de collares disuasorios e incuestionablemente lesivos. También la divulgación de su uso en televisión promovida por showmans ajenos a la formación veterinaria puede estar reforzando o incrementado su utilización. Por desgracia en España no existe normativa que los prohíba como si la hay en Suiza, Austria, Nueva Zelanda o Australia. En otras latitudes no ha sido necesaria la redacción de un cuerpo legal, la implicación de los profesionales y la concienciación de los dueños de perros ha hecho que desaparezcan del mercado y sean vistos como uno vestigio de un lejano pasado inquisitorial. Como nota positiva podemos afirmar que existen cada vez más centros y protectoras que, más allá de particulares sensibilizados, están eliminando y desaconsejado estos collares. Por nombrar dos podemos hablar de ANAA en Madrid y del CAAC de Barcelona, pero seguramente hay muchos otros y van en aumento. El uso del collar de ahogo está generalizado en los centros en los que hay muchos animales por qué no requiere ajustarse a una talla, son duraderos, son baratos y son fáciles de poner. En el otro lado de la balanza está que se aumenta el estrés del animal - ya excesivo en estas instalaciones - se resiente el vínculo con los cuidadores y voluntarios, aumenta el riesgo de inhibición o reactividad y lo que exige un mayor número de intervenciones veterinarias y de administración de fármacos. A nuestro entender la balanza está claramente decantada recomendando su destierro definitivo. Los collares con dispositivos eléctricos son esencialmente perniciosos, tanto si descargan electricidad como citronella. Todos sabemos qué se siente con una descarga eléctrica (calambrazo) y todos podemos empatizar con lo terrible que es la idea de que se produzca de manera inopinada, continua, intensa y en un lugar especialmente sensible. La repercusión neuromuscular de las descargas es negativa en la totalidad de los casos, psíquicamente debilitante y en algunos casos ha generado quemaduras de gran importancia. La rehabilitación psicoemocional de perros víctimas de estos collares resulta muy costosa cuando no imposible. Dueños que buscan soluciones inmediatas y control total sin esfuerzo ni compasión pueden comprar en cualquier tienda collares que sin ser baratos – aunque cada vez más porque su ineficacia invita a saldarlos- que pueden proceder de fabricantes carentes de garantías y por tanto suministrar voltajes que son claramente un maltrato. Los collares de citronella, aunque menos frecuentes, suelen usarse para inhibir el ladrido. El estrés – por miedo, dolor o confusión- está demostrado que reduce la capacidad de aprendizaje así que su uso compromete su función educativa
Lo que hacen es generar una experiencia desagradable por inundación del olfato. Es algo poco respetuoso teniendo en cuenta la relevancia de su sensibilidad olfativa y suele ir buscando la inhibición de un reflejo que, en ocasiones, es apropiado. Evidentemente es más oportuno emplear técnicas de educación y modificación de conducta que refuercen los buenos comportamientos, que recurrir a la didáctica pedestre del castigo que no tiene ninguna base científica y
ni refrendo moral. Hace ya más de veinte años que un psicólogo y conductista canino sueco llamado Anders Hallgren hiciera un interesante y riguroso estudio sobre el dolor de espalda como causa de comportamientos anómalos en perros1. Un elevado porcentaje de animales etiquetados de conflictivos o problemáticos lo son como consecuencia directa de problemas de espalda. Esta afirmación tan rotunda tiene como base el estudio de una muestra amplia y significativa con un método respetuoso y en línea con las exigencias científicas que se realizó en 1992. Hallgren se hizo acompañar de especialistas en quiropráctica y evaluó el comportamiento referido por los dueños y el estado general de la columna de más de 400 canes. Los resultados son más que concluyentes: un 63% de los perros
presentan algún tipo de anomalía en la columna que les puede generar malestar, dolor o limitaciones. A todos estos síntomas les podríamos añadir una respuesta mal interpretada por parte de sus responsables como desobediencia u hostilidad. Algo menos de la totalidad de los perros analizados que habrían sufrido tirones sufren secuelas. Como indica en el texto “los principales causantes de las lesiones parecen ser incidentes externos y violentos, que obligan al perro a tensar los músculos rápidamente y con mucha brusquedad… (y) los tirones de la correa”. Estamos hablando de un 91 por ciento. Según manifestaciones
del propio autor realizadas recientemente, este reconoce que dada la importancia e incidencia de tal cuestión, sería interesante aumentar el número de estudios. Ha observado rigurosamente como por culpa de los collares los músculos de cuello se tensan en extremo, especialmente cuando se usa el collar de ahogo, que compromete el riego sanguíneo cerebral y como consecuencia pueden producirse cefaleas, estrés y cambios de carácter. Afirma, además, que en su práctica ha podido detectar que no solo el cuello padece con estos collares si no que la tráquea puede verse afectada de forma considerable, de forma leve en algunos casos, y en otros, incluso llegar provocar el colapso. Sin necesidad de grandes despliegues técnicos podemos observar como un perro con un collar de ahogo al tirar varia la coloración de sus mucosas y la intensidad de la irrigación de sus ojos y no da síntoma alguno de bienestar. De nuevo Hallgren nos indica que ha observado casos de perros agresivos que han dejado de serlo cuando se les ha cambiado el collar por un arnés confortable y se le han proporcionado masajes cotidianos en el cuello. La mundialmente conocida educadora noruega Turid Rugaas reconoce estar en consonancia con este estudio y con muchos otros similares realizados las últimas dos décadas. Ella da un paso más allá, para ella, los collares están contraindicados y sólo sería oportuno el uso de arneses además de una oportuna educación en positivo. En cualquier caso si se persiste en el uso de collar que éste sea ancho y nunca de castigo, eléctrico o de ahogo. Al ser preguntado el prestigioso veterinario e investigador Lluís Ferrer este dijo: “¿Collar de castigo? Es absolutamente prescindible y cruel. No hay ninguna
necesidad de utilizarlo y apoyo las iniciativas destinadas a prohibirlo“. Como máximos responsables de la salud y bienestar de los animales que nos son confiados, los veterinarios haríamos bien dando un paso adelante contra este tipo de collares, informando de manera adecuada y ofreciendo alternativas que repercutan positivamente en lo que más importa: la propiedad responsable y el bienestar animal.

notas
1 Hallgren, Anders. PROBLEMAS
DE ESPALDA EN LOS
PERROS, Estudio de investigación.
KNS Ediciones. 2010

Re: problemas de comportamiento

Publicado: Lun Ene 21, 2013 11:59 am
por Edu
:ok: :loa: happy65