Joc escribió:¿Cómo se pueden rechazar esos "fenómenos biológicos implicados"?. Un poco más arriba se habla sobre que la cognición vendría precedida de algo, del determinismo y de que no surge de la nada. Yo creo que para entender eso que llamamos cognición podemos manejar variables ambientales, pero también debemos atender manifestaciones fisiológicas. Y es ahí donde la biología tiene mucho que decir.
Antiguamente los psicólogos tenían que valerse únicamente por el manejo de esas variables ambientales que comentas. Pero poco a poco, gracias a los avances científicos (como por ejemplo en el estudio del sistema endocrino, técnicas de neuroimagen, etc..) estamos descubriendo que el comportamiento es mucho más complejo que una respuesta al entorno.
Yo entiendo cognición como una serie de procesos mentales producidos en una zona determinada del cerebro, y sí que viene precedida de algo, de cómo sea ese cerebro. De su estructura biológica.
El término Cognitivo Emocional, interpreto que se refiere a que en el comportamiento intervienen diversos vectores. Se activan distintas partes del cerebro del perro. Sabemos que cuando se activa el sistema límbico (funciones relacionadas con la emoción y la toma de decisiones), las funciones cognitivas de la corteza cerebral se inhiben. El ser capaz de atender a esta cuestión resulta muy útil en infinidad de aspectos, como puede ser el aprendizaje de nuevas conductas o la gestión emocional.
Bueno, en primer lugar, yo no he dicho en ningún momento que no haya correlatos biológicos, ni que no tengamos cerebro, ni que no haya partes del mismo que "se activen", aunque aprovechando el ejemplo, a día de hoy sigamos sin tener ni idea acerca de lo que esto significa.
Te voy a poner un ejemplo a ver si se entiende mejor lo que yo quiero decir. Si enseñamos a un perro a dar la pata, tendremos 2 niveles de análisis bastante evidentes (entre otros muchos que no lo son tanto): el psicológico y el biológico.
Por una parte, psicológicamente podremos hablar de términos como motivación (nivel de privación con respecto al reforzador usado en el aprendizaje), discriminativos, reforzamiento, etc., es decir, todas aquellas variables ambientales que como educadores/psicólogos podemos manejar. Y la conducta de levantar la pata habría quedado completamente explicada.
Sin embargo, para un biólogo, lógicamente, el movimiento de la pata se producirá por la actividad de las motoneuronas que trabajan en los grupos musculares, pudiendo así activar los extensores y flexores de dichos músculos para finalmente levantar la pata completamente.
¿Es ésta última una explicación mala? En absoluto. En función de, como digo siempre, el nivel de análisis que empleemos, será más o menos válida.
Ahora sólo hay que cambiar cerebro por pata y estaremos hablando de lo mismo. Me resulta demasiado ingenuo pensar que cuando entrenamos con el perro en realidad lo que estamos haciendo es activarle partes del cerebro (y con ésto no quiero decir que no ocurra). Entre otras cosas porque no lo podemos saber, y ni siquiera sabemos a día de hoy lo que quiere decir que una parte se vuelva de un color más intenso en neuroimagen (dicen que es por una mayor "actividad cerebral", lo cual tampoco sabemos lo que significa, ni las implicaciones que tiene).
Cuando hablo de determinismo en éste sentido, por supuesto hablo de causas iniciales que se encuentren en el entorno del individuo. El pensamiento no "surge", ni sale del aire, ni mucho menos existe el libre albedrío. Eso sería ir contra años de avance científico. Al igual que lo es el hecho de saltar de un nivel de análisis a otro cuando no encontramos una respuesta que satisfaga nuestra curiosidad dentro del nivel adecuado, cosa que la palabra cerebro en éste caso solventa a la perfección, creando un atajo explicativo demasiado atractivo como para rechazarlo.
Y volviendo a lo que comentas de las técnicas de neuroimagen, cierto es que llama mucho mi atención el interés surgido por éstos "avances" en medicina. Es verdad que resulta fascinante ver, aunque sea a modo de diapositivas a nuestro cerebro coloreado. También es verdad que se crea una ilusión explicativa enorme al comprobar que los cambios en la "actividad cerebral" se produzcan a la par que algunas conductas públicamente observables.
Pero no es menos cierto que, afirmar que un cambio de color en una zona cerebral es causa de un comportamiento, es cuanto menos osado, peligroso, y mala ciencia.
Y con lo que sabemos hoy en día es imposible hacerme cambiar de opinión al respecto, aunque como digo muchas veces, respeto y entiendo que existan opiniones diferentes a la mía.