Liam, como perro de caza nervioso que es, no juega con pelota. La carrera y persecución le genera un subidón de adrenalina que desemboca en conducta ingestiva en casa. Sin embargo, hay un juego de jardín que veo que a muchos perros les encanta, que es "cazar" el chorro de agua de la manguera. No abuso de ello, pero cuando quiero hacer un entrenamiento de obediencia divertido, jugamos con el agua. Lo hago con la precaución de ponerle el chorro cerca y que no se acelere mucho ni tenga que correr demasiado. Además Liam sabe que el chorro sólo sale cuando cumple la petición (sienta, tumba, target, ...) A veces incluso debe esperar la orden de liberación (él está en quieto mientras el agua ya fluye y trabajamos el "espera"). Me gusta este último ejercicio porque aprende a controlarse aunque su "acuosa presa" este moviéndose.
Los resultados son estupendos, las acciones se realizan a la velocidad del rayo y nunca le verás sentarse tan rápido. Por otro lado, decir que su conducta ingestiva no se ha vuelto a repetir desde hace meses (bueno!! perro

Respondedme, please, oh! gurús del adiestramiento canino
